
El 10 de agosto de 1218, Pedro Nolasco con otros compañeros, vistió el Hábito Blanco en la catedral de Barcelona.
Asistió a tan importante acto el Rey Don Jaime I de Aragón, que dio a la Orden Mercedaria su Escudo de Armas: las 4 barras rojas sobre fondo dorado y la corona real; al que el Sr. Arzobispo (Berenguer de Palau) quiso añadir la Cruz Blanca de la Catedral de Barcelona. Aquí y así, surgió el Escudo de la Orden de la Merced, como distintivo y firma de aquellos religiosos.
Hoy, donde quiera que veas este escudo, se estará diciendo una cosa muy sencilla: “los religiosos Mercedarios estuvieron y trabajaron ahí.”
Posteriormente, el Papa Gregorio IX – el 17 de enero de 1235 - aprobó aquella Obra comenzada por Pedro Nolasco, concediéndole el nombre de: “ORDEN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DE LA MERCED, DE LA REDENCIÓN DE LOS CRISTIANOS CAUTIVOS”.

Desde 1219, Pedro Nolasco comenzó a llevar a cabo su trabajo de redención en: Valencia, Argel, Granada, Baleares....
EL IDEAL: “Seguir a Cristo Redentor dispuestos a seguirlo sacrificando hasta la propia vida en el ejercicio del ministerio redentor” (cont.6)
María representa nuestra Madre de Merced, ya que desde los inicios de la Orden se ha hecho presente con su inspiración maternal, es la Madre del Redentor y madre de los redentores mercedarios.

El 06 de mayo de 1249, Pedro Nolasco moría en Barcelona. Desde el primer momento, la gente comenzó a venerarlo como “santo” y la Iglesia aprobó su culto y veneración a partir del año 1628.
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