Hacia el año 1180, nace San Pedro Nolasco en el barrio barcelonés de los Campos Provenzales.
Sus padres son ricos mercaderes. De muy joven, hacia los 15 años, queda huérfano de padre. Algunos años más tarde pierde a su madre. Se inicia en el arte del comercio y recorre el Mediterráneo comprando, vendiendo, canjeando su mercancía. En su condición de mercader entró en contacto con la esclavitud del mundo y su miseria. Descubre el destino de un dinero que se emplea no sólo en mercancía, sino también en los cautivos.
Transformado por aquella visión del mundo, quedará cautivo para siempre de los CAUTIVOS.
Seguirá cruzando mares, frecuentando los mercados, pero ahora buscará otra mercancía: ¡LA LIBERTAD DE LOS CAUTIVOS!
El ejemplo de Pedro Nolasco ha cundido en Barcelona. El Pueblo lo admira. Se le unieron otros compañeros, partícipes de su ideal y forman una Asociación Redentora. Venden sus propios bienes y gastan todo en la labor redentora. Se hacen mendigos al servicio de los cautivos fijan su primera residencia en el hospital de Santa Eulalia, donde cuidan a los cautivos liberados.
Continuará...
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